Consulta de Psicología y Psicoterapia en Alcorcón
En muchas ocasiones la infancia ha tenido que soportar hechos traumáticos. La invasión de un adulto que abusa de una niña, de un niño. Abusos sexuales que no son comprendidos en ese momento, y que dejan una huella de dolor. En muchas ocasiones, es un familiar directo el que realiza tales abusos: el padre, el tío, el abuelo. ¿Cómo puede ser? Porque son personas a su vez con alguna alteración en su infancia, en su desarrollo normal. Y porque banalizan tales actos, pensando que la niña no se entera, que a ella le gusta, que total no se entera, después ya no se acordará de nada. Pero sí se acordará.
¿Por qué es doloroso el trauma? Porque la persona ha sido anulada. En ese momento no existe como sujeto. Sus derechos, sus palabras, sus deseos han sido anulados, no tenidos en cuenta, destruidos de hecho en ese instante.
El psiquismo, la mente, recurren a la repetición en un intento de elaboración de lo traumático. Al igual que el dolor físico nos informa de que algo no está curado, una herida, una alteración en el funcionamiento normal de un órgano. El dolor psíquico también informa de la duración del trauma.El desafío para la cura es poder acompañar a esa persona en su proceso. Ayudarla a poner palabras allí donde sólo hubo violencia. Rescatar a ese ser único, de su anulación. El juego acompañado, el dibujo, el relato, ayudan a los niños a poner palabras y a poder situarse frente al agresor como sujetos. El sujeto es mucho más que el objeto de la agresión.